El Comité Nobel otorgó este viernes el Premio Nobel de la Paz 2021 a los periodistas Maria Ressa y Dmitry Muratov por su “valiente lucha por la libertad de expresión” en las Filipinas y Rusia.
La periodista filipina Maria Ressa, que este viernes fue distinguida con el Premio Nobel de la Paz junto al reportero Dmitry Muratov, es un icono de la libertad de expresión que vive bajo el acoso judicial y social por su trabajo periodístico.
Ressa, de 58 años, se ha destacado por la investigación de la controvertida guerra contra las drogas del presidente filipino, Rodrigo Duterte, así como por su labor contra las noticias falsas y la desinformación.
La veterana periodista, señaló en la entrevista que el periodismo se encuentra en un momento crítico y que la inteligencia artificial es peligrosa para el periodismo por la «manipulación» que genera en las redes sociales.
El ruso Dmitri Muratov es el patriarca de la prensa libre en este país desde la caída de la Unión Soviética como director del periódico Nóvaya Gazeta, el último bastión de la crítica independiente al Kremlin.
Desde su fundación, el medio ha publicado artículos sobre corrupción; violencia policial; detenciones ilegales; fraude electoral; “fábricas de trolls”; y sobre el uso de fuerzas militares dentro y fuera del país.
Del mismo modo, Novaja Gazeta ha recibido acosos, amenazas, violencia y asesinato. En sus 28 años de existencia, al menos seis periodistas han sido asesinados, incluida la periodista Anna Politkovskaja, quien escribió artículos importantes sobre la guerra de Chechenia.
El primer Nobel de Filipinas ha caído en manos de quien denuncia una de sus mayores vergüenzas nacionales: el creciente autoritarismo que sufre este país asiático bajo el mando del presidente Rodrigo Duterte y su salvaje guerra sucia contra la droga, que ha dejado más de 6.000 muertos.